Cuando vemos algo que pasa ante nuestros ojos, ¿cómo podemos saber si realmente ocurrió o es producto de nuestra imaginación?
Podemos vivir el momento, confirmar segundo a segundo que estamos vivos y que somos una realidad que en este momento está leyendo un texto, por ejemplo, pero ¿quien nos asegura que esto es real?
Podemos vivir el momento, confirmar segundo a segundo que estamos vivos y que somos una realidad que en este momento está leyendo un texto, por ejemplo, pero ¿quien nos asegura que esto es real?
PRESENTE
La vivencia del presente simple y llanamente no nos sirve, no es válida para asegurarnos que lo observado es real.
Aquí entran en juego dos cosas que suelen ser clave para convencernos de la realidad:
1.- La ratificación que los demás han observado algo similar.
Por ejemplo: Me pongo una camisa roja y todos mis compañeros ven que tengo una camisa roja puesta o cuando conduzco mi coche veo como los demás se apartan o actuan en consecuencia según conduzca yo mismo.
2.- La confirmación que si reproducimos las mismas causas obtendremos los mismo efectos.No hace falta que sea un experimento científico, simplemente el observar que cada vez que abro la puerta de mi casa veo mi casa o cada vez que bebo se me quita, al menos algo, la sed.
Poco a poco la observación del presente se convirtió en cuna de la ciencia.
La esencia de la ciencia radica en la observación del presente, aunque para ello se acumulen gran cantidad de datos del pasado, lo cierto es que pueden quedar todos en papel mojado si se demuestra lo contrario. Así de dura es la ciencia consigo misma, siempre abierta a aceptar cualquier cosa que sea demostrable, aunque no sean así muchos científicos.
Vivir el momento, ser consciente de el y el hecho de contrastar las vivencias de otros y comprobar una otra vez que podemos repetirlo nos confirma la realidad, los que viven según esta premisa son las personas con espíritu científico, que aceptan la realidad tal cual: definida pero vacía de contenido a la vez.
Que un metro tenga 100 centímetros es una definición muy exacta, pero ausente de contenido en si misma, crear la religión del metro que tiene 100 centímetros resulta absurdo.
FUTURO
Los que viven con Fe prefieren vivir en el futuro, suelen ser religiosos pero bien pueden ser científicos que tienen Fe en sus teorías. La Fe se basa en el futuro, se espera que venga un futuro mejor donde se demuestre nuestra creencia, entre otras cosas. No existe la Fe sin esperanza, no existe la Fe sin esperar algo a cambio en nuestro futuro lejano.
La Fe nos desvincula del presente y por ello podemos hacer actos sobrehumanos con ella, ya sean actos piadosos como malvados, esto puede provocar casos llamativos donde varias personas convencidas por su Fe vean la realidad distorsionada al mismo tiempo provocando ilusiones colectivas que reafirman la Fe y que las vuelven en algo muy difícil de deshacer.
Por muy piadoso o bueno que sea un acto movido por la Fe no serán actos libres sino cargados por el interés futuro, siempre estarán condicionados y sólo llevarán a la cerrazón creando poco a poco una incoherencia tras otra en la forma de ser de la persona.
PASADO
Si el presente es el vacío y la mente abierta, el futuro es la cerrazón y la incoherencia, el pasado es el todo. La luz que penetra por tus ojos ya forma parte de tu pasado de la misma forma que la luz que vemos de las estrellas salió de ellas hace millones de años.
Como TODO que es, el pasado es incomprensible, no podemos dominarlo, ni entenderlo, ni recopilarlo, nuestra idea del pasado siempre será sesgada, parcial, tendentista, de todo menos real.
Eso no quita que podamos usar el pasado como herramienta para comprender el presente y anticiparnos al futuro, pero sólo a pequeña escala humana y siempre faltos de visión global.
Sin pasado no hay diferencia entre el hombre de Cro-magnon (Homo Sapiens Sapiens) y nosotros, aunque nos creamos muy evolucionados por tener submarinos nucleares y móviles, lo cierto es que si nos dejan en medio de una pradera evolucionaríamos de forma muy parecida a un Chimpancé con algo más de inteligencia y algo menos de reflejos.
Puesto que no podemos comprender el pasado como tal, debemos renunciar al el por desgracia, no como indispensable fuente de conocimiento y sabiduría sino como expresión de la realidad. El que cree en el pasado cree en una falsedad, en algo sesgado, es como el que tiene Fe en un acto futuro, ambos se vuelven esclavos de su creencia convertida en Fe y se vuelven imposibles de diferenciar.
CONCLUSIÓN
Aunque en este escrito he seguido algunos prejuicios muy comunes, tipificado a la religión de visión cerrada en un futuro o a la ciencia de observación del presente y consciente del vacío de la realidad, lo cierto es que este orden es totalmente falso.
Pueden existir religiosos, científicos, trabajadores, artistas, pensadores del lado más PRESENTE, PASADO o FUTURO que quieran, es algo que dictan sobre todo sus corazones y su forma de ser, no tiene nada que ver con los estereotipos.
Lo cierto es que somos una mezcla constante, ya que nos cuesta aceptar el presente sino lo ratificamos con alguna fuente del pasado, ni podemos prever el futuro sin compararlo con el pasado tampoco, ni siquiera podemos confiar en que ha pasado en realidad ...
La esencia de la ciencia radica en la observación del presente, aunque para ello se acumulen gran cantidad de datos del pasado, lo cierto es que pueden quedar todos en papel mojado si se demuestra lo contrario. Así de dura es la ciencia consigo misma, siempre abierta a aceptar cualquier cosa que sea demostrable, aunque no sean así muchos científicos.
Vivir el momento, ser consciente de el y el hecho de contrastar las vivencias de otros y comprobar una otra vez que podemos repetirlo nos confirma la realidad, los que viven según esta premisa son las personas con espíritu científico, que aceptan la realidad tal cual: definida pero vacía de contenido a la vez.
Que un metro tenga 100 centímetros es una definición muy exacta, pero ausente de contenido en si misma, crear la religión del metro que tiene 100 centímetros resulta absurdo.
FUTURO
Los que viven con Fe prefieren vivir en el futuro, suelen ser religiosos pero bien pueden ser científicos que tienen Fe en sus teorías. La Fe se basa en el futuro, se espera que venga un futuro mejor donde se demuestre nuestra creencia, entre otras cosas. No existe la Fe sin esperanza, no existe la Fe sin esperar algo a cambio en nuestro futuro lejano.
La Fe nos desvincula del presente y por ello podemos hacer actos sobrehumanos con ella, ya sean actos piadosos como malvados, esto puede provocar casos llamativos donde varias personas convencidas por su Fe vean la realidad distorsionada al mismo tiempo provocando ilusiones colectivas que reafirman la Fe y que las vuelven en algo muy difícil de deshacer.
Por muy piadoso o bueno que sea un acto movido por la Fe no serán actos libres sino cargados por el interés futuro, siempre estarán condicionados y sólo llevarán a la cerrazón creando poco a poco una incoherencia tras otra en la forma de ser de la persona.
PASADO
Si el presente es el vacío y la mente abierta, el futuro es la cerrazón y la incoherencia, el pasado es el todo. La luz que penetra por tus ojos ya forma parte de tu pasado de la misma forma que la luz que vemos de las estrellas salió de ellas hace millones de años.
Como TODO que es, el pasado es incomprensible, no podemos dominarlo, ni entenderlo, ni recopilarlo, nuestra idea del pasado siempre será sesgada, parcial, tendentista, de todo menos real.
Eso no quita que podamos usar el pasado como herramienta para comprender el presente y anticiparnos al futuro, pero sólo a pequeña escala humana y siempre faltos de visión global.
Sin pasado no hay diferencia entre el hombre de Cro-magnon (Homo Sapiens Sapiens) y nosotros, aunque nos creamos muy evolucionados por tener submarinos nucleares y móviles, lo cierto es que si nos dejan en medio de una pradera evolucionaríamos de forma muy parecida a un Chimpancé con algo más de inteligencia y algo menos de reflejos.
Puesto que no podemos comprender el pasado como tal, debemos renunciar al el por desgracia, no como indispensable fuente de conocimiento y sabiduría sino como expresión de la realidad. El que cree en el pasado cree en una falsedad, en algo sesgado, es como el que tiene Fe en un acto futuro, ambos se vuelven esclavos de su creencia convertida en Fe y se vuelven imposibles de diferenciar.
CONCLUSIÓN
Aunque en este escrito he seguido algunos prejuicios muy comunes, tipificado a la religión de visión cerrada en un futuro o a la ciencia de observación del presente y consciente del vacío de la realidad, lo cierto es que este orden es totalmente falso.
Pueden existir religiosos, científicos, trabajadores, artistas, pensadores del lado más PRESENTE, PASADO o FUTURO que quieran, es algo que dictan sobre todo sus corazones y su forma de ser, no tiene nada que ver con los estereotipos.
Lo cierto es que somos una mezcla constante, ya que nos cuesta aceptar el presente sino lo ratificamos con alguna fuente del pasado, ni podemos prever el futuro sin compararlo con el pasado tampoco, ni siquiera podemos confiar en que ha pasado en realidad ...