Lo primero que debemos entender es que estamos ante un documental de narrativa gráfica y no ante una novela gráfica o cómic. De igual forma que no se debe comparar un buen documental con una buena película de acción.
Una vez comprendido esto los textos largos se convierten en exquisitos comentarios que enriquecen las imagenes, la falta de trama del protagonista se suple con la maravilla de las escenas realistas y la falta de imagenes de acción se suple con un increible detalle tanto del lado musulmal como cristiano, entre otras cosas me impresiona como Jesús Cano dibuja los caballos, con expresiones de todo tipo muy proporcionados, realistas y bien hechos, cosa nada fácil.
Aquí no hay héroes, ni hay vencedores, esto es historia tal cual nos ha llegado, para el que ame la historia y desee transmitirla a sus hijos sin duda este parece el medio ideal.
Han pasado 8 siglos y en la segunda guerra mundial vemos como el hombre no parece haber cambiado tanto.